En Fisioterapia Aristoloquia te ayudamos a descubrir qué hay detrás de tu dolor. Más allá de la zona que molesta, buscamos el equilibrio global del cuerpo para aliviar, prevenir y recuperar tu bienestar.
Lumbalgia y Cervicalgia en Madrid: entendemos tu dolor desde su origen
Las cervicalgias y las lumbalgias son dos de los motivos más frecuentes de consulta en fisioterapia. Por supuesto, existen muchas otras causas de dolor, pero queremos centrarnos en estas dos porque probablemente ya las conozcas.
Sabemos que en internet puedes encontrar mucha información, pero lo que realmente te interesa como paciente es entender por qué te duele.
Más frecuentemente de lo que tú piensas, la causa no está en la zona que te duele. Este tipo de molestias tienen su origen en diferentes disfunciones viscerales, problemas a nivel digestivo, respiratorio, ginecológico, que afectan la postura, generan compensaciones y, con el tiempo, provocan dolor y otros síntomas a nivel musculoesquelético.
Otras causas de lumbalgias y cervicalgias son las traumáticas
- Golpes graves o accidentes.
- Cirugías previas.
- Enfermedades crónicas
¿Es la edad o el peso la causa de tus síntomas?
Muchas veces se atribuye el dolor a “unos kilos de más” o a “la edad”, pero no son la causa real.
Es cierto que el sobrepeso puede dificultar algunos movimientos, y que con los años el cuerpo cambia, pero eso no explica la aparición del dolor.
La edad refleja cómo hemos usado nuestro cuerpo: lo que hemos trabajado, lo que hemos entrenado, lo que hemos bailado y disfrutado, las vivencias médicas, nuestra esfera emocional, también las preocupaciones.
Muestra nuestra historia, pero no tiene por qué ser sinónimo de dolor.
El dolor, como otros síntomas, aparecen por desequilibrios funcionales, tensiones acumuladas o compensaciones que el cuerpo ha ido desarrollando con el tiempo para adaptarse. Identificar el origen del problema es lo que permite aliviar el síntoma y recuperar el equilibrio.

¿El dolor aparece por no hacer ejercicio?
Muchas veces se dice que el dolor viene por no moverse lo suficiente o por llevar una vida sedentaria. Es cierto que el ejercicio siempre es beneficioso para el cuerpo aunque la falta de ejercicio, por sí sola, no explica exactamente por qué aparece el dolor.
El dolor depende de cómo se organiza el cuerpo internamente, de las tensiones que acumula, de cómo respiras, de cómo gestionas el estrés o como se compensa una antigua lesión.
El ejercicio es una herramienta valiosa para el bienestar general, aunque, cuando hay dolor u otro síntoma necesita un abordaje terapéutico que lo acompañe.
Comprende tu dolor y aprende a prevenirlo con nuestro acompañamiento
No te conformes con aliviar el síntoma: tratemos la causa

